La Tríada Capitolina: Minerva.
En esta
entrada y las siguientes voy a tratar la escultura religiosa de época
republicana entre los siglos III y I a.C. Concretamente hablaré de esculturas de diosas,
analizando en este caso la figura de Minerva y sus representaciones.
Minerva es
una de las principales diosas del Panteón romano y forma junto con Juno y
Júpiter la tríada capitolina. El rasgo
de agrupar dioses en grupos de tres y rendirles culto combinado es bastante
característico de la cultura latina, y probablemente esta tríada tenga su
origen en la etrusca previa formada por
Tinia, Uni y Menrva. Aunque la religión romana ya partía de un sincretismo entre
cultos itálicos – etruscos, orientales y griegos, compartiendo ya el panteón
romano en sus orígenes muchos de los rasgos del griego, entre los siglos III y I a.C con la
anexión del mundo helenístico, se produjo la definitiva asimilación de este.
Minerva por lo tanto se equipara a la Atenea griega y la Menrva etrusca. En las
tres culturas es una diosa virgen de la
sabiduría, las artes y técnicas, la justicia y la estrategia militar y en las
tres, nacida adulta de la cabeza del
dios padre principal ( Zeus, Júpiter o Tinia)
después de haberse tragado a su madre.
La escultura romana de esta época está profundamente
influenciada por la escultura griega helenística, es más, muchas de las
esculturas que se colocaban en templos, edificios públicos y palacios eran
originales provenientes de las ciudades griegas conquistadas. Después de agotar
las reservas de estos, comenzaron a demandarse copias,
terminando por desarrollarse un tipo de arte basado en el griego clásico
e incluso arcaico, pero tratándose de
piezas originales. A esta corriente se la conoce como neoaticismo, ya que la mayor parte de los talleres se encontraban en Atenas y el arte en el que se inspiraban era el
producido en la región del Ática. El neoaticismo se inscribe dentro de la
escultura helenística caracterizada por la recuperación del arte griego
clásico, el eclecticismo y la influencia
del arte oriental. El mayor consumidor de este tipo de arte fue Roma, que
también se convirtió en productora con el establecimiento de artistas griegos
como por ejemplo Pasíteles.
Las piezas
que voy a comentar son dos estatuas de Minerva, la primera datada en el siglo
II a.C proveniente de Roma y la segunda del siglo I a.C encontrada en las
excavaciones de Herculano.
Estatua de Minerva, Museos Capitolinos |
Se trata de
una escultura colosal de más de 3 metros de altura realizada en mármol. La
diosa está representada de pie, apoyándose en la pierna derecha y presentando
la izquierda ligeramente flexionada. Viste un amplio peplos ceñido por un
cinturón y está coronada con un yelmo.
Presenta las cavidades oculares vacías ya que los ojos realizados en
piedras duras y metal se han perdido. En el cinturón y el pectoral se
encuentran pequeños clavos mediante los cuales se fijarían apliques de metal.
La escultura, como ya he dicho en el
párrafo anterior, se inscribe en esta
corriente de imitación del arte griego clásico; concretamente esta estatua está inspirada
directamente en la estatua crisoelefantina de Atenea Parthenos, realizada por Fidias en el siglo V a.C
Se trata
una representación de una atenea o minerva realizada en mármol. Puede
considerarse que se encuentra en posición de ataque, con una pierna adelantada, el brazo derecho
flexionado y alzado preparado para arrojar una lanza y el izquierdo elevado
delante del rostro, posiblemente para
sujetar un escudo; la cabeza también se
sitúa de perfil mirando hacia donde estaría el objetivo. Lo curioso de esta
estatua es que no se encuentra completamente girada, sino que muestra una postura característica
del arcaísmo: en el, solo algunas partes
están giradas indicando movimiento, mientras que el torso se sitúa de frente o se
encuentra levemente girado. La estatua está tocada con un casco ático decorado
con un relieve de grifos en los lados y presenta una cabeza de Gorgona sobre el pecho y
el brazo izquierdo a modo de coraza; puede que estuviese cubierta con oro y marfil
a imitación de una estatua crisoelefantina. A este tipo de ateneas o minervas
se las conoce como Prómachos ya que son imitaciones de la estatua colosal de bronce de la diosa realizada por
Fidias en el siglo V a.c y ubicada en la
Acrópolis de Atenas. Lo característico de esta estatua es que imita una
temática de época clásica pero presenta el hieratismo arcaico.
Bibliografía:
García y
Bellido, A. (1990). Arte romano. Madrid: CSIC.
Henig, M. (1985).
El arte romano. Bajo la dirección de Martin Henig. Ediciones Destino.
Bianchi
Bandinelli, R., & Torelli, M. (2000). El arte de la antigüedad clásica.
Etruria-Roma. Madrid, Akal.
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