Cultos sincréticos
en Roma: Artemis de Éfeso y Cibeles
En esta entrada voy a tratar representaciones de
cultos orientales introducidos en Roma entre los siglos I d.C y II d.C. Como ya
explique en mi entrada interior los cultos mistéricos provenientes de los
reinos helenísticos conquistados tuvieron una exitosa introducción, sincretizándose
con la religión Romana.
Las primeras representaciones que voy a analizar
son dos copias romanas de estatuas originales de los siglos V y II a.C. La
Artemis de Éfeso es un culto resultado del sincretismo de una diosa madre
previa con la artemisa griega. Era la diosa tutelar de Éfeso y se la adoraba
como una diosa madre a diferencia de la artemisa griega y la diana romana que
son diosas vírgenes.
Artemide Éfesina. Museo Arquológico Nacional de Nápoles |
Esta
estatua de tamaño superior a la escala real con unos dos metros de altura está
realizada en alabastro y bronce y es una
copia romana del original del siglo V a.C. La estatua tiene una postura
completamente rígida y su forma es la de un cono invertido, esto se debe a que posiblemente
esta representación sea el resultado de la petrificación de un xoanon, una
escultura votiva de madera característica del arcaísmo y que se adaptaba a la
forma del árbol en el que se tallaba. La estatua presenta relieves de cabezas
de ciervos, leones y leopardos a lo
largo de las piernas. La zona del tórax está completamente cubierta por cuatro
hileras de senos que simbolizan la fertilidad. De su espalda emerge un disco que
supera la altura de su cabeza con cuatro bustos de leones grabados a cado lado.
La diosa está tocada con un polos en
forma de torre con puertas de arco. Las facciones son de un estilo clásico en
contrate con el resto de la pieza.
Artémide Efesina. Museo Capitolino |
Esta escultura presenta un tamaño inferior a la
escala real con 115 cm de altura, está realizada en mármol y bronce y es una
copia romana de un original del siglo II a.C. La estatua presenta el mismo
patrón rígido que la anterior. En su parte inferior se disponen en grupos de
tres colocados en columna relieves de cérvidos, équidos y felinos. La parte
superior está cubierta por las hileras de pechos, estando apoyados en la
primera de estas, bustos de caballos. Los brazos de la estatua son rígidos y
están extendidos en actitud oferente con las palmas de las manos hacia arriba.
De la espalda sale un semicírculo también decorado con relieves de animales que
le cubre parcialmente la cabeza. Está tocada por un polos con forma de torre almenada. La cara, las manos y los pies de
la estatua están realizados en bronce.
Cibeles es una diosa de origen frigio cuyo culto se extendió por Grecia y Roma y se sincretizó rapidamente con divinidades como Rea, Gea u Ops. También se la conoce como magna máter ya que la primera asimilación de esta figura se produjo en el siglo III a. C. Cibeles es una diosa de la tierra y conserva aspectos ctónicos originales. En roma se representaba sentada en un trono acompalañada de leones, animales con los que se identificaba y portando un tímpano.
Esta estaruilla de mármol de 16 cm de altura y realizada mármol es una representación de la diosa Cibeles del siglo II d.C. La diosa está sentada en un trono con el pie derecho adelantado, transmitiendo la senseción de que se prepara para levantarse. Su cuerpo se cubre completamente por la túnica y lleva un manto sobre los hombros. En la mano izquirda porta un bastón y en la derecha un tímpano, instrumento que la caracteriza. A su derecha y debajo de su brazo izquiedo se sitúa un león en el que parece estar apoyándose
En ultimo lugar voy a analizar una representación de Atis el amante e hijo eunuco de Cibeles
Attis de Ostia. Museo Profano Lateranense |
Se trata de una composición formada por la imagen yacente de Atis que se apoya en una cabeza atribuida a Zeus Júpiter. Atis de Rasgos Andróginos muestra una postura relajada e indolente. En la mano izquierda sostiene el cayado de un pastor y en la derecha un racimo de frutos. La estatua lleva un complejo tocado formado por una corona de flores y frutos, rayos metálicos y un gorro frigio en cuya punta se añade una media luna con espigas.
Bibliografía:
García y
Bellido, A. (1990). Arte romano. Madrid: CSIC.
Henig, M. (1985).
El arte romano. Bajo la dirección de Martin Henig. Ediciones Destino.
Bianchi
Bandinelli, R., & Torelli, M. (2000). El arte de la antigüedad clásica.
Etruria-Roma. Madrid, Akal.