La
triada capitolina: Juno
En esta entrada
continuaré con la estatuaria del siglo II a.C, esta
vez centrándome en la figura de la Diosa Juno. Juno fue una de las principales
diosas del culto romano; junto con
Minerva y Júpiter formaba parte de la tríada capitolina y sus contrapartes
griega y etrusca eran Hera y Uni respectivamente. Juno era la diosa del
matrimonio, la maternidad, la luz y la esposa de Júpiter lo que la convertía en
reina de los dioses. Originariamente estaba asociada al ciclo lunar y entre sus
funciones se encontraban las de protectora de la mujer en las etapas del
noviazgo, el matrimonio, el embarazo y el parto. Juno presentaba diferentes
nombres y advocaciones dependiendo de dichas funciones, siendo Juno Pronubia la protectora de las
bodas, Juno Caprotina la diosa de la
fertilidad y Juno Lucina la de los
alumbramientos. Además también tenía una dimensión política como diosa soberana y protectora de la ciudad en sus
advocaciones de Juno Regina y Juno Moneta. La Juno Lucina también puede identificarse
como una diosa independiente, Lucina que sería hija de Juno y Júpiter y
equiparable a la Ilitía griega.
Las estatuas de Juno
que voy a tratar son también copias de originales griegos del siglo V a.C que representan a la diosa en sus advocaciones de
soberana y protectora. Como ya he dicho en mi anterior entrada se encuentran
inscritas en el arte neoático producido dentro del marco del arte helenístico caracterizado por su afán historicista, siendo
considerado por muchos como el primer neoclasicismo. Cabe señalar que
esta corriente tiene sus antecedentes en
el reino helenístico de Pérgamo, necesitado de reivindicación histórica y que
después de agotar los originales comenzó a encargar copias. Después, con la
caída de los reinos helenísticos bajo la hegemonía de Roma, esta paso a ser su
principal demandante. En el siglo II a.C la tendencia era copiar la obra
original de forma bastante exacta aunque también se introducían variantes con
respecto a esta. Las principales razones era que por un lado se tenía poco
acceso a las obras originales y algunas eran difícilmente copiables ya fuese
por el uso de un material diferente al empleado en la copia, o por el tamaño
colosal del original complicado de trasladar en las mismas proporciones a otro
más pequeño. También influía el autor, que muchas veces no podía evitar dejar su
huella en la obra introduciendo modificaciones. En el caso de estas esculturas,
estilísticamente siguen los patrones del
clasicismo griego, La primera estatua es posiblemente una copia de un original
de Alcámenes del primer clasicismo, cuyas diferencias con la original se deban
principalmente a causas logísticas mientras la segunda, aunque siga también el
patrón clásico, tiene modificaciones temáticas para adecuarse a la iconografía
y el mito romano.
Juno Barberini, Museo Pío Clementino |
Es una estatua colosal
de mármol, ubicada actualmente en la Sala Redonda del Museo Vaticano Pío-
Clementino. El nombre que recibe alude a sus propietarios del siglo XVII, la
familia Barberini y con este nombre se identifican a todas las Venus y Heras de
estas características. Es decir, esta
estatua marca un arquetipo conocido como tipo Barberini. Como ya he dicho,
posiblemente se trate de una copia de un original de Alcámenes realizado en el
siglo II a.C y se caracteriza por lo siguiente: La diosa permanece de pié
ligeramente inclinada hacia delante apoyando la pierna izquierda y flexionando
la derecha; su brazo izquierdo se extiende hacia adelante aunque sin despegarse
mucho del cuerpo, portando una pátera con gesto oferente. Con su brazo derecho
sujeta un cetro. Lleva una túnica o peplos con bastantes pliegues y un solo
tirante remarcando así su seno. En su
cabeza porta una corona o tiara.
Juno Sospita, Museo Pío Clementino |
Es también una estatua
colosal de mármol ubicada en el Museo Pío Clementino y su nombre alude a su
función de protectora de la ciudad. Esta estatua no es una copia exacta de una
estatua clásica griega sino que introduce modificaciones iconográficas romanas.
En la religión romana a diferencia de Hera en la griega, Juno tiene una
dimensión guerrera como protectora de
Roma, de sus habitantes y riquezas, ya que en uno de sus mitos tradicionales es
Juno quien previene a Roma de la invasión de los galos. Esta estatua muestra esta
advocación guerrera de Juno, que está
representada en actitud belicosa con la pierna izquierda adelantada y
flexionando la otra, portando una lanza en la mano derecha y un escudo en
la izquierda. Está tocada con una piel de cabra atuendo popular entre los
soldados romanos.
Bibliografía:
García y
Bellido, A. (1990). Arte romano. Madrid: CSIC.
Henig, M. (1985).
El arte romano. Bajo la dirección de Martin Henig. Ediciones Destino.
Bianchi
Bandinelli, R., & Torelli, M. (2000). El arte de la antigüedad clásica.
Etruria-Roma. Madrid, Akal.
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