sábado, 24 de diciembre de 2016

Cultos sincréticos en Roma: Artemis de Éfeso y Cibeles





Cultos sincréticos en Roma: Artemis de Éfeso y Cibeles


En esta entrada voy a tratar representaciones de cultos orientales introducidos en Roma entre los siglos I d.C y II d.C. Como ya explique en mi entrada interior los cultos mistéricos provenientes de los reinos helenísticos conquistados tuvieron una exitosa introducción, sincretizándose con la religión Romana.

Las primeras representaciones que voy a analizar son dos copias romanas de estatuas originales de los siglos V y II a.C. La Artemis de Éfeso es un culto resultado del sincretismo de una diosa madre previa con la artemisa griega. Era la diosa tutelar de Éfeso y se la adoraba como una diosa madre a diferencia de la artemisa griega y la diana romana que son diosas vírgenes.



Artemide Éfesina. Museo Arquológico Nacional de Nápoles




Esta estatua de tamaño superior a la escala real con unos dos metros de altura está realizada en alabastro y bronce  y es una copia romana del original del siglo V a.C. La estatua tiene una postura completamente rígida y su forma es la de un cono invertido, esto se debe a que posiblemente esta representación sea el resultado de la petrificación de un xoanon, una escultura votiva de madera característica del arcaísmo y que se adaptaba a la forma del árbol en el que se tallaba. La estatua presenta relieves de cabezas de ciervos, leones y leopardos  a lo largo de las piernas. La zona del tórax está completamente cubierta por cuatro hileras de senos que simbolizan la fertilidad. De su espalda emerge un disco que supera la altura de su cabeza con cuatro bustos de leones grabados a cado lado. La diosa está tocada con un polos en forma de torre con puertas de arco. Las facciones son de un estilo clásico en contrate con el resto de la pieza.



Artémide Efesina. Museo Capitolino


Esta escultura presenta un tamaño inferior a la escala real con 115 cm de altura, está realizada en mármol y bronce y es una copia romana de un original del siglo II a.C. La estatua presenta el mismo patrón rígido que la anterior. En su parte inferior se disponen en grupos de tres colocados en columna relieves de cérvidos, équidos y felinos. La parte superior está cubierta por las hileras de pechos, estando apoyados en la primera de estas, bustos de caballos. Los brazos de la estatua son rígidos y están extendidos en actitud oferente con las palmas de las manos hacia arriba. De la espalda sale un semicírculo también decorado con relieves de animales que le cubre parcialmente la cabeza. Está tocada por un polos con forma de torre almenada. La cara, las manos y los pies de la estatua están realizados en bronce.


Cibeles es una diosa de origen frigio cuyo culto se extendió por Grecia y Roma y se sincretizó rapidamente con divinidades como  Rea, Gea u Ops. También se la conoce como magna máter ya que la primera asimilación de esta figura se produjo en el siglo III a. C. Cibeles es una diosa de la tierra y conserva aspectos ctónicos originales. En roma se representaba sentada en un trono acompalañada de leones, animales con los que se identificaba y portando un tímpano.




Esta estaruilla de mármol de 16 cm de altura y realizada mármol es una representación de la diosa Cibeles del siglo II d.C. La diosa está sentada en un trono con el pie derecho adelantado, transmitiendo la senseción de que se prepara para levantarse. Su cuerpo se cubre completamente por la túnica y lleva un manto sobre los hombros. En la mano izquirda porta un bastón y en la derecha un tímpano, instrumento que la caracteriza. A su derecha y debajo de su brazo izquiedo se sitúa un león en el que parece estar apoyándose

En ultimo lugar voy a analizar una representación de Atis el amante e hijo eunuco de Cibeles

Attis de Ostia. Museo Profano Lateranense


Se trata de una composición formada por la imagen yacente de Atis que se apoya en una cabeza atribuida a Zeus Júpiter. Atis de Rasgos Andróginos muestra una postura relajada e indolente. En la mano izquierda sostiene el cayado de un pastor y en la derecha un racimo de frutos. La estatua lleva un complejo tocado formado por una corona de flores y frutos, rayos metálicos y un gorro frigio en cuya punta se añade una media luna con espigas. 







Bibliografía:
García y Bellido, A. (1990). Arte romano. Madrid: CSIC.
Henig, M. (1985). El arte romano. Bajo la dirección de Martin Henig. Ediciones Destino.
Bianchi Bandinelli, R., & Torelli, M. (2000). El arte de la antigüedad clásica. Etruria-Roma. Madrid, Akal.








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