lunes, 21 de noviembre de 2016

El ejercito II: Asedio

El ejercito II: Asedio


En el mundo antiguo las ciudades, como centros de poder, a menudo estaban defendidas por murallas mas o menos potentes que mantenían a los habitantes a refugio de cualquier ataque externo. En la guerra, aunque tenían lugar varias batallas campales, las batallas decisivas eran aquellas que ponían en jaque a una ciudad o que directamente provocaban su rendición. Por ello la poliorcética, o la técnica de tomar la plaza fuerte del enemigo, adquirió una gran importancia para la llevada a buen puerto de cualquier conflicto. Una vez las negociaciones eran imposibles y los defensores no aceptaban la rendición, entraban en juego una serie de armamentos e ingenios diseñados para permitir a las fuerzas atacantes atravesar las murallas de los defensores y así tomar las murallas y la plaza central. Los romanos eran especialmente hábiles en diseñar y manejar estas máquinas de asedio lo cual ha llegado a nuestros días por diferentes vías. Entre ellas las representaciones escultóricas, sobre todo en relieve, a través de las cuales ilustraré sobre los tipos de máquinas de asedio y su utilización durante el combate.

En primer lugar podemos dividir la maquinaria de asedio en varios tipos, aquellas que permitían superar las murallas por altura, por brecha de la infraestructura o por el bombardeo de las mismas desde la distancia con piezas de artillería.

  1. Superación por altura: la técnica era simple, mediante la utilización de escalas o algún tipo de estructura los asaltantes intentaban superar las murallas por encima y combatir a los defensores en las mismas, los ingenios mas destacados para realizar esta labor eran la torre de asedio y la sambuca. La torre de asedio consistía en una torre de madera móvil con ruedas y recubierta de pieles para evitar que le prendieran fuego en cuyo interior iban alojados los soldados esperando al momento en el que, llegando la torre a la muralla, esta abriera una compuerta situada en la parte superior que a su misma vez actuaria de puente entre la cúspide de la torre y lo alto de la muralla enemiga permitiendo el paso a los atacantes. Las torres de asedio podían ir equipadas con otros ingenios como un ariete en su base o balistas en la zona central para convertir la torre de asedio en una gran maquinaria móvil que combinaba ataque a distancia y cercano. Otra estructura de este tipo era la sambuca que consistía en una escalera de una altura igual a la muralla a asaltar, protegida en toda su extensión por una cubierta de madera y pieles para proteger a los atacantes. En la parte superior se ubicaba una plataforma que podía ir dotada con arqueros y desde donde los asaltantes accedían a las murallas. La forma de elevar la plataforma era mediante un contrapeso de piedras o plomo cuando todos los soldados se hallaban dentro de la estructura, de forma que, la plataforma se elevaba y se apoyaba sobre la muralla dando acceso al interior.
    Sambuca (Campbell, 2003b)
    Representación asiria de una torre de asedio.
  2. Superación por brecha: otro modo de superar las defensas del enemigo era mediante la apertura de una brecha en la muralla enemiga o derribando la misma puerta. Para esta labor la principal estructura utilizada era el ariete que podía presentarse de varias formas de las mas simples siendo un madero ancho con una cabeza metálica con forma de carnero o con púas manejado a mano por varios operarios o hasta estructuras completas móviles en cuyo interior se situaba a cubierto el madero, estos mismo podían tener un tamaño normal y ser manejados por 20 hombres o ser tan grandes que debían ser manejados por miles de hombres (Apiano, 204 a.C). El concepto básico del ariete era el de golpear el muro o puerta repetidas veces con la cabeza de metal hasta que la muralla cediese, este impacto se propulsaba mediante potencia humana ya fuera balanceándolo con las propias manos o a través de cuerdas atadas a la pieza de madera como si de un péndulo se tratara. Los arietes podían ir al descubierto en una estructura o a mano o refugiarse en una cabaña móvil tipo tortuga desde la que los operarios podían protegerse de los proyectiles.
    Ariete de mano con cabeza de carnero. Relieve de la Columna Trajana, Roma.
    Cabeza de ariete en forma de carnero y su estructura al fondo. Garray, Numancia.
  3. Superación por bombardeo: para apoyar al resto de ingenios de asedio se utilizaban armas capaces de lanzar grandes proyectiles a grandes distancias, las piezas e artillería, estas fueron perfeccionadas por los romanos y utilizadas mucho después con diferentes cambios a lo largo de la historia de la guerra. Las maquinas romanas se basaban en el principio de torsión con haces de tendones reforzados con pelo que al soltarse proyectaban una fuerza capaz de disparar un proyectil a grandes distancias. Todo ello en una estructura de madera con uno o dos brazos que diferían en el ángulo en el que eran capaz de lanzar el proyectil, siendo los de una mano los que mayor ángulo poseían. Existían varios modelos que variaban en estructura y proyectil:
    1. El mas básico era la catapulta de dos brazos, cuya estructura era un bastidor de madera rectangular con dos largueros y cuatro postes, entre dos de los postes se situaba la caña donde se alojaba el proyectil y en cuyo extremo proximal se situaba un gatillo donde se enganchaba la cuerda y un torno para tensar la misma. Al liberarse la cuerda tensada esta provocaba que el proyectil saliera disparado por el canal de la corredera con una precisión y fuerza letales. Este tipo en el ejercito romano era el llamado tipo "scorpio" por su letalidad mediante en lanzamiento de flechas de 70 cm pero capaces de perforar cualquier coraza. El modelo lanzapiedras en un principio era la ballista con un mecanismo parecido de dos brazos, aunque mas adelante con la aparición de la quiroballista la artillería de flecheria daría un gran paso sustituyendo los resortes de madera por cilindros de bronce en las mordazas, siendo mas resistentes y protegiendo las madejas de la lluvia y el deterioro además de aumentar su tamaño exponencialmente dificultando su movilidad. La carroballista seria por último la inclusión de una movilidad mayor en la artillería de torsión romana estando la estructura principal montada encima de un carro tirado por caballos. Otra pieza de artillería de torsión era el Onager u onagro de un solo brazo que mediante el mecanismo de torsión era capaz de lanzar proyectiles contundentes y pesados a mayores distancias que la ballista. Estaba compuesto por una base sólida de madera, un brazo con una honda o cuchara en su extremo para alojar el proyectil, un resorte horizontal, una cuerda y un mecanismo de torsión para bajar el brazo, y una barra pesada transversal que detenía el brazo al ser lanzado. Una mayor potencia tenia varios inconvenientes como una menor precisión y una mayor retroceso, además de la pauperrima movilidad
En el círculo una catapulta tipo scorpio. Relieve de la balaustrada del altar de Zeus en Pérgamo,
Museo de Pérgamo, Berlín.

    Ballista. Relieve de la tumba de Vendennius Moderatus. Museo Vaticano, Roma.

    Carrobalista tirada por caballos. Relieve de la Columna Trajana, Roma.

    Bibliografía:
    • Campbell, B., & Tritle, L. A. (2013). The Oxford Handbook of Warfare in the Classical World. Oxford University Press.
    • De Souza, P. (2008). La guerra en el mundo antiguo. Ediciones AKAL
    • Goldsworthy, A. (2005). El ejército romano. Ediciones AKAL.
    • Abad, Rubén Sáez. Los grandes asedios de las legiones romanas. Almena, 2009.

    2 comentarios:

    1. Buenos días chic@s.
      Me ha gustado mucho vuestro blog y en especial esta entrada, ya que está muy bien explicada y documentada.
      Espero poder seguir leyendo cosas tan interesantes como esta en vuestras próximas entradas.
      Un saludo y enhorabuena.

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      1. Muchas gracias por el comentario, este tipo de temáticas suelen ser entretenidas e interesantes, me alegra haber podido aportar un poco mas de conocimiento a todo aquel que lo lea.

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