viernes, 9 de diciembre de 2016

La triada capitolina: Juno



La triada capitolina: Juno
  
En esta entrada continuaré con la estatuaria del siglo II  a.C,  esta vez centrándome en la figura de la Diosa Juno. Juno fue una de las principales diosas del culto romano;  junto con Minerva y Júpiter formaba parte de la tríada capitolina y sus contrapartes griega y etrusca eran Hera y Uni respectivamente. Juno era la diosa del matrimonio,  la maternidad, la luz  y la esposa de Júpiter lo que la convertía en reina de los dioses. Originariamente estaba asociada al ciclo lunar y entre sus funciones se encontraban las de protectora de la mujer en las etapas del noviazgo, el matrimonio, el embarazo y el parto. Juno presentaba diferentes nombres y advocaciones dependiendo de dichas funciones, siendo Juno Pronubia la protectora de las bodas, Juno Caprotina la diosa de la fertilidad y Juno Lucina la de los alumbramientos. Además también tenía una dimensión política como diosa  soberana y protectora de la ciudad en sus advocaciones de Juno Regina y Juno Moneta.  La Juno Lucina también puede identificarse como una diosa independiente, Lucina que sería hija de Juno y Júpiter y equiparable a la Ilitía griega. 
Las estatuas de Juno que voy a tratar son también copias de originales griegos del siglo V a.C que  representan a la diosa en sus advocaciones de soberana y protectora. Como ya he dicho en mi anterior entrada se encuentran inscritas en el arte neoático producido dentro del marco del arte  helenístico caracterizado  por su afán historicista,  siendo  considerado por muchos como el primer neoclasicismo. Cabe señalar que esta corriente  tiene sus antecedentes en el reino helenístico de Pérgamo,  necesitado de reivindicación histórica y que después de agotar los originales comenzó a encargar copias. Después, con la caída de los reinos helenísticos bajo la hegemonía de Roma, esta paso a ser su principal demandante. En el siglo II a.C la tendencia era copiar la obra original de forma bastante exacta aunque también se introducían variantes con respecto a esta. Las principales razones era que por un lado se tenía poco acceso a las obras originales y algunas eran difícilmente copiables ya fuese por el uso de un material diferente al empleado en la copia, o por el tamaño colosal del original complicado de trasladar en las mismas proporciones a otro más pequeño.  También influía el autor,  que muchas veces no podía evitar dejar su huella en la obra introduciendo modificaciones. En el caso de estas esculturas,  estilísticamente siguen los patrones del clasicismo griego, La primera estatua es posiblemente una copia de un original de Alcámenes del primer clasicismo, cuyas diferencias con la original se deban principalmente a causas logísticas mientras la segunda, aunque siga también el patrón clásico, tiene modificaciones temáticas para adecuarse a la iconografía y el mito romano.


Juno Barberini, Museo Pío Clementino



 Es una estatua colosal de mármol, ubicada actualmente en la Sala Redonda del Museo Vaticano Pío- Clementino. El nombre que recibe alude a sus propietarios del siglo XVII, la familia Barberini y con este nombre se identifican a todas las Venus y Heras de estas características.  Es decir, esta estatua marca un arquetipo conocido como tipo Barberini. Como ya he dicho, posiblemente se trate de una copia de un original de Alcámenes realizado en el siglo II a.C y se caracteriza por lo siguiente: La diosa permanece de pié ligeramente inclinada hacia delante apoyando la pierna izquierda y flexionando la derecha; su brazo izquierdo se extiende hacia adelante aunque sin despegarse mucho del cuerpo, portando una pátera con gesto oferente. Con su brazo derecho sujeta un cetro. Lleva una túnica o peplos con bastantes pliegues y un solo tirante  remarcando así su seno. En su cabeza porta una corona o tiara.



Juno Sospita, Museo Pío Clementino




Es también una estatua colosal de mármol ubicada en el Museo Pío Clementino y su nombre alude a su función de protectora de la ciudad. Esta estatua no es una copia exacta de una estatua clásica griega sino que introduce modificaciones iconográficas romanas. En la religión romana a diferencia de Hera en la griega, Juno tiene una dimensión  guerrera como protectora de Roma, de sus habitantes y  riquezas,  ya que en uno de sus mitos tradicionales es Juno quien previene a Roma de la invasión de los galos. Esta estatua muestra esta advocación  guerrera de Juno, que está representada en actitud belicosa con la pierna izquierda adelantada y flexionando la otra,  portando  una lanza en la mano derecha y un escudo en la izquierda. Está tocada con una piel de cabra atuendo popular entre los soldados romanos.






Bibliografía:


García y Bellido, A. (1990). Arte romano. Madrid: CSIC.
Henig, M. (1985). El arte romano. Bajo la dirección de Martin Henig. Ediciones Destino.
Bianchi Bandinelli, R., & Torelli, M. (2000). El arte de la antigüedad clásica. Etruria-Roma. Madrid, Akal.
 


 

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